La vida en sociedad a través de la historia a tenido mutaciones, no lo llamemos evolución, sino mutaciones, al estar expuesta por ciertos periodos a las invenciones que trae consigo el mundo, se va adaptando de generación en generación, el caso más simple lo podemos plantear con la actualidad donde a nuestros padres hablarles de computadores y determinadas cosas como la internet y las redes sociales virtuales, les queda un poco difícil comprender cuando ellos fueron criados con la tecnología de la maquina de escribir.
Por eso lo debemos llamar mutaciones, cuando la sociedad mutó a la televisión, los diálogos que allí se presentaban, para muchos no eran fiables hasta que las sociedades burguesas fueron tomando cada vez más fuerza, hasta el punto donde el dialogo, el debate y la critica se la robaron a la sociedad de las plazas, los cafés y los diferentes puntos donde la gente se reunía a conversar.
Cada vez más nos van implantando nuevas formas de comunicación, formas que se presentan en formas de virus y vienen en cadena, ¿pero realmente el ser humano quiere que esto pare? Antes al contrario, siendo el ser humano consciente de que cada día se le roba más la consciencia crítica y de dialogo a las personas, continua proponiendo nuevos métodos de comunicación viral.
Primero fue la prensa escrita, segundo la radio, después la televisión, luego la internet y por último la información es tan puntual que llega a nuestros bolsillos a un dispositivo móvil, o mejor aún somos nosotros mismos los creadores de nueva información.
Debido a esa misma puntualidad, hoy en día se han debilitado las barreras o fronteras entre lo público y lo privado, en la película “La vida de los otros” muestran a Weisler como una persona que no tiene prácticamente nada de vida privada, convirtiéndolo en el perfecto asechador, que termina siendo el asechado.
En la actualidad sucede lo mismo en cuanto a los dispositivos móviles, tanto alcance tienen que aseguro que si en la actualidad el estado desearía vigilarnos, basta con entrar a la red y darse cuenta de lo que cada ciudadano hace, ya que somos nosotros mismos los que proveemos las redes cada segundo de información nuestra, informaciones que han desaparecido casi por completo las fronteras entre lo público y lo privado, cada vez que compartimos un estado, una foto, o simplemente una actualización de “dónde te encuentras” estamos gritándole al mundo nuestra ubicación, nuestro pensamiento y nuestra vida.
Hasta tal punto hemos llegado que como lo afirma Thompson, (1996) con la progresiva invasión de la esfera privada es una realidad que ha iniciado un proceso de pseudo-profesionalización. Hoy, a través de algunos formatos televisivos, desde los docusoaps hasta los exponentes más claros de la recientemente bautizada televisión voyeur, se puede observar claramente la transformación de la esfera privada en un ámbito susceptible de ser manipulado e incorporado como elemento esencial para la teatralización de las experiencias íntimas de personas anónimas en beneficio del espectáculo que exige la dinámica industrial de los medios de comunicación de masas.
Por eso que cada vez que facebook pide nuestro correo electrónico, nuestros gustos y todo aquello con lo que nos gusta relacionarnos, le estamos proveyendo información valiosa para que ella como una gran empresa virtual la transmita a todo aquel que esté interesado en conocer un poco más de nuestra vida y esté dispuesto a establecer estilos de vida, de consumo y demás cosas, pagándole unos buenos millones de dólares a facebook.
En la actualidad, son los jóvenes los que caen en el mismo consumismo que se a creado gracias a la información predispuesta por ellos mismos, a comparación con los siglos XV las personas tenían caracterizaciones particulares, los plebeyos, la burguesía y la monarquía, hoy en día siguen existiendo pero de una manera más mezclada al adoptar caracterizaciones de cada una de ellas.
Por otra parte, la burguesía a impuesto tan fuertemente el hecho de ser los únicos de aportar el criterio, el debate y el dialogo que se dice ser bajo el consentimiento o al pensamiento de la sociedad, que están convirtiendo a la sociedad básicamente en zombis consumidores.
A tal punto se ha llegado que las personas no sienten la necesidad de satisfacer la vida pública, la vida donde se presenta el debate, la discusión y el criterio, sino en satisfacer otras necesidades que son más superfluas como las apariencias, la vanidad y el consumismo.
Son pocos entonces los que conservan la capacidad de diferenciar las esferas públicas y privadas del ombligo que hay en medio, que se trata de los medios de comunicación.
La pregunta es entonces ¿los medios de comunicación y los avances tecnológicos son un gran mal para la sociedad? Y cómo dice el dicho ¿es el hombre victima de su propio invento? De que es victima eso no se puede dudar, pero de que debe saber hacer las cosas para evitar caer ante el ojo crítico y difamador de los medios de comunicación es otra cosa.
Aunque hoy por hoy, lo que no importa es como llegan los líderes al estado, sino cómo caen de duro cuando son atrapados por los medios de comunicación, como el caso del ex Presidente Álvaro Uribe y las chuzadas del DAS, pero acá el caso no es como cayó él, sino como fueron cayendo sus colaboradores y también por mencionar el caso de AIS, donde el que cayó tan duro fue el ex ministro Felipe Arias, que cayó tan duro y tan abajo que paró en la cárcel, en estos casos no cayó Uribe, porque tuvo la astucia y la sagacidad para cubrirse detrás de sus colaboradores, que falta de ética por favor.
Las sociedades, o lo que queda, debe volver a encaminarse al dialogo y al debate, para construir nuevas sociedades con criterio y no manipuladas por los medios de comunicación, por eso ellos se deben entender como una herramienta construida por y para la sociedad, precisamente para eso para ayudarla a formar el criterio y la opinión y no para someterla con fines lucrativos y menos a la ridiculización de la intimidad, aunque nosotros somos los que somos permisivos y pre dispuestos a la manipulación de la consciencia, si bien el hombre viene evolucionando tecnológicamente y cuenta con más herramientas, intelectualmente está involucionando y volviendo a estados primitivos de supervivencia, de llamar la atención para la pura y física reproducción de placeres (no reproducción carnal) para la vestimenta, de vivienda y de salud más no está interesado en ocuparse de formar sociedad.